*Mujeres luchadoras contra el sistema perverso. Inspiradoras para otras mujeres. *Mujeres que utilizan todas sus "armas", conocimientos, intuición para sobrevivir en un mundo dominado por los hombres. *Mujeres, a veces realmente malvadas, que en ocasiones producen sufrimiento, dolor y muerte.

LA LUCHA CONTRA LA COSIFICACIÓN DE LA MUJER.


El tsunami Weinstein ha mostrado que el acoso sexual no es solo propio de la meca del cine sino transversal a una sociedad machista que cosifica a la mujer y que patrocina la cultura de la violación. De hecho según un estudio de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) el 55% de las europeas han sido víctima de acoso sexual. O lo que es lo mismo, 102 millones mujeres, han tenido que soportar en algún momento de su vida besos, abrazos, tocamientos indeseados, comentarios sexualmente insinuantes, mensajes sexualmente explícitos o conductas exhibicionistas. Los datos además añaden que el acoso a una de cada 5 de estas mujeres se prolongó más de dos años o que solo un 4% denunció el incidente a la policía.

Un silencio que ahora gracias al movimiento #MeToo, -y que en nuestro país han abanderado actrices como Leticia Dolera, Leonor Watling, Carla Hidalgo,  modelos como Minerva Portillo y periodistas como Marisa Gallero- ha servido para dos cosas: sanar la vergüenza que sienten las mujeres cuando pasan por esta triste y desagradable experiencia pero sobre todo para sacar los colores al machismo.


#LUISA VELASCO, INSPECTORA DE POLICIA

Luisa Velasco Riego es doctora en Psicología por la Universidad de Salamanca. La primera y hasta hoy única inspectora de policía de Salamanca y autora de numerosos artículos y publicaciones sobre violencia de género. Inspectora de Policía Local y hasta el año 2000 tenía una carrera brillante. Vivía por y para su trabajo: “proporcionar ayuda a tantas y tantas víctimas supervivientes de violencia y sus familias”. Hasta que comenzó una pesadilla que a día de hoy aún continúa. Cuando era oficial, un superior (del que no puede decir públicamente su nombre porque puede suponerle demandas por difamación) le propuso mantener relaciones y ella se negó. “Acababa de divorciarme y pensé que era una tontería y se le pasaría”. Pero no fue así.
Hoy esta doctora especializada en Psicología, mediación familiar y violencia de género, ha decidido sacar su historia de acoso sexual y laboral fuera de Salamanca, la ciudad en la que reside, y gritarla a los cuatro vientos. “Cuando veo a las actrices que han denunciado. Nadie duda de ellas, son creídas. Cuando Zaida Cantera contó su caso a Jordi Evole, todo el mundo la creyó, nadie dudaba. Mi caso es muy parecido al suyo pero ¿te das cuenta? Yo escondida, apestada, como si yo hubiera hecho algo malo. En el fondo me dan envidia al menos las creen, es lo que nos queda, que nos crean”, comenta apenada. “Todo lo que me está sucediendo es tan doloroso. Las pesadillas con él sintiendo que me toca, me agarra...cada día pensando en él, en todo lo que me hacía. Unas pesadillas terribles”, relata.



SU REPUGNANTE OLOR Y ALIENTO

Y es que Luisa aún siente en su piel “sus asquerosas manos; la cantidad de veces que accedía al cuarto de las taquillas de las mujeres dónde nos cambiábamos de ropa…Su aliento junto a mi cara… No puedo olvidar su repugnante olor. Estuve soportando esta situación durante mucho tiempo hasta que finalmente decidí poner en conocimiento de los superiores estos hechos, ya que del acoso sexual pasó al acoso laboral”ha contado en el diario El Español.
Un acoso que llevó a los tribunales pero que el juez estimó no eran acciones constitutivas de delito. “Pero esto me sirvió para que durante un tiempo me dejase en paz. Estuvo fuera de la ciudad durante un tiempo, lo que afortunadamente le alejó de mí, mientras yo continuaba con mi vida y con la misma ilusión por mi trabajo”. Tanto fue así que Velasco siguió con su trayectoria profesional sin problema alguno, asciendo a Subinspectora en 2006 y a Inspectora, en 2010. “Intenté que aquello fuera algo del pasado, había decidido por mi salud cerrar esa puerta, que juro pensé que jamás se volvería a abrir” 
Sin embargo no fue así. “En el año 2010 este señor regresa y vuelve con sus pretensiones aproximándose de forma sibilina, pero es frenado por quien era el Jefe de la Policía en aquél momento”. Dos años después su vida volvió al calvario cuando su agresor fue ascendido a Jefe superior, quedando el anterior jefe apartado. “Me veo sola, con una nueva corporación municipal, y ¿por qué no decirlo? avergonzada también. De repente con sus conductas surgieron los fantasmas del pasado. Invadida por el miedo sabía lo que se me venía encima. Sabía que no tardaría en intentar de nuevo su propósito y que además no olvidaría aquella denuncia”.
Pero su jefe había cambiado de táctica. “Comenzó con rozarme ligeramente las manos cuando intercambiábamos algún documento; pensé que era imposible, que serían imaginaciones mías. No podía creerlo, no quería pensar que el sufrimiento volvería de nuevo. Ese asco, esa repugnancia que me producía… Me agarraba los brazos, me aproximaba hacía él, me cogía de las manos… me bloqueaba tanto que ni siquiera era capaz de soltarme y echar a correr. Solo podía llorar cuando estaba a solas. No me atrevía a contarlo. Sentía una profunda vergüenza ¿Quién me creería? Si anteriormente no me creyeron porqué ahora sería diferente. Soporté humillaciones, vejaciones, miedo, discriminación (soy la única Inspectora del Cuerpo) mi salud se resentía cada vez más”
La situación era tan insostenible que a finales del 2013, y tras varios episodios más graves ella volvió a denunciar. “Esta vez penalmente, con un gabinete de abogados fuera de mi ciudad (el miedo es libre ante el poder). Inicio acciones penales pero el juez estimó que dichas acciones no eran constitutivas de delito, lo que no quiere decir que no existieran, sino que no tenían relevancia penal, si bien en el ámbito social he logrado dos sentencias favorables, estimando que se trata de un accidente laboral”relata en el diario El Español.
Lo cuento porque ahora puedo hablar sin llorar. La cicatriz queda pero aprendes a vivir con ello. No quiero callar más. Porque el silencio nos hace cómplices. Cuando no te creen te sientes culpable de haber sacado todo a la luz. Porque me lo debo y se lo debo a las personas que me han apoyado y me han creído. Ya no siento vergüenza. Merezco que se sepa lo ocurrido porque quien tiene que agachar la cabeza es quien acosa y quien se tiene que avergonzar. Porque no quiero esconderme más. Debo ser congruente con mis valores, defender mi dignidad, la mía y la de tantas mujeres que, como yo, se enfrentan al acoso cada día sin saber qué hacer. Para que la sociedad, las autoridades, dejen de mirar para otro lado. Porque hoy soy yo y mañana, puedes ser tú”, finaliza.Y es que Luisa aún siente en su piel “sus asquerosas manos; la cantidad de veces que accedía al cuarto de las taquillas de las mujeres dónde nos cambiábamos de ropa…Su aliento junto a mi cara… No puedo olvidar su repugnante olor. Estuve soportando esta situación durante mucho tiempo hasta que finalmente decidí poner en conocimiento de los superiores estos hechos, ya que del acoso sexual pasó al acoso laboral”ha contado en el diario El Español.

Un acoso que llevó a los tribunales pero que el juez estimó no eran acciones constitutivas de delito. “Pero esto me sirvió para que durante un tiempo me dejase en paz. Estuvo fuera de la ciudad durante un tiempo, lo que afortunadamente le alejó de mí, mientras yo continuaba con mi vida y con la misma ilusión por mi trabajo”. Tanto fue así que Velasco siguió con su trayectoria profesional sin problema alguno, asciendo a Subinspectora en 2006 y a Inspectora, en 2010. “Intenté que aquello fuera algo del pasado, había decidido por mi salud cerrar esa puerta, que juro pensé que jamás se volvería a abrir” 

Sin embargo no fue así. “En el año 2010 este señor regresa y vuelve con sus pretensiones aproximándose de forma sibilina, pero es frenado por quien era el Jefe de la Policía en aquél momento”. Dos años después su vida volvió al calvario cuando su agresor fue ascendido a Jefe superior, quedando el anterior jefe apartado. “Me veo sola, con una nueva corporación municipal, y ¿por qué no decirlo? avergonzada también. De repente con sus conductas surgieron los fantasmas del pasado. Invadida por el miedo sabía lo que se me venía encima. Sabía que no tardaría en intentar de nuevo su propósito y que además no olvidaría aquella denuncia”.

Sin embargo su jefe había cambiado de táctica. “Comenzó con rozarme ligeramente las manos cuando intercambiábamos algún documento; pensé que era imposible, que serían imaginaciones mías. No podía creerlo, no quería pensar que el sufrimiento volvería de nuevo. Ese asco, esa repugnancia que me producía… Me agarraba los brazos, me aproximaba hacía él, me cogía de las manos… me bloqueaba tanto que ni siquiera era capaz de soltarme y echar a correr. Solo podía llorar cuando estaba a solas. No me atrevía a contarlo. Sentía una profunda vergüenza ¿Quién me creería? Si anteriormente no me creyeron porqué ahora sería diferente. Soporté humillaciones, vejaciones, miedo, discriminación (soy la única Inspectora del Cuerpo) mi salud se resentía cada vez más”



La situación era tan insostenible que a finales del 2013, y tras varios episodios más graves ella volvió a denunciar. “Esta vez penalmente, con un gabinete de abogados fuera de mi ciudad (el miedo es libre ante el poder). Inicio acciones penales pero el juez estimó que dichas acciones no eran constitutivas de delito, lo que no quiere decir que no existieran, sino que no tenían relevancia penal, si bien en el ámbito social he logrado dos sentencias favorables, estimando que se trata de un accidente laboral”relata en el diario El Español.

Lo cuento porque ahora puedo hablar sin llorar. La cicatriz queda pero aprendes a vivir con ello. No quiero callar más. Porque el silencio nos hace cómplices. Cuando no te creen te sientes culpable de haber sacado todo a la luz. Porque me lo debo y se lo debo a las personas que me han apoyado y me han creído. Ya no siento vergüenza. Merezco que se sepa lo ocurrido porque quien tiene que agachar la cabeza es quien acosa y quien se tiene que avergonzar. Porque no quiero esconderme más. Debo ser congruente con mis valores, defender mi dignidad, la mía y la de tantas mujeres que, como yo, se enfrentan al acoso cada día sin saber qué hacer. Para que la sociedad, las autoridades, dejen de mirar para otro lado. Porque hoy soy yo y mañana, puedes ser tú”, finaliza.

#TERESA RODRIGUEZ, POLÍTICA




Teresa Rodríguez _ coordinadora y portavoz de Podemos en Andalucía sufrió hace un año (el 20 diciembre de 2016) una agresión “degradante y sexista” por parte del empresario sevillano Manuel Muñoz Medina, quien la acorraló e intentó besarla en un acto institucional. El vil episodio lo relató en primera persona la política andaluza en su muro de Facebook.




Ahora Muñoz, para quien todo fue “una mera broma” y que de la parlamentaria dice es "una persona timorata" o "de tal debilidad emocional ya que un simulacro de beso le haga sentirse gravemente humillada y ultrajada", está procesado en el Juzgado de Instrucción número 11 de Sevilla por unos hechos que podrían ser constitutivos de un delito de atentado contra la autoridad y contra la integridad moral por simular besar a Teresa Rodríguez.

La Fiscalía y la diputada de Podemos piden un año y nueve meses de prisión y 6.500 euros de indemnización que Rodríguez prevé donar a asociaciones que trabajan con víctimas de la violencia de género.

"No son bromas, son delitos y la ley debe proteger a las personas objetos de estas agresiones", mencionó Teresa.

Espero que la denuncia haga pedagogía con los hombres que son los que la necesitan. Decir, ¡señores!, la palmadita en el culo a la secretaria, el acercamiento de cebolleta a la compañera en la oficina, el acoso a la viandante desconocida, el 'catenaccio' a la recién conocida en la discoteca, te pueden llevar a los tribunales.

Me gustaría que la vergüenza social y personal recaiga sobre quienes abusan y acosan y no sobre las abusadas y acosadas. Yo quiero empoderar a las mujeres, sí, pero si solodepende de que seamos todas wonder woman no va a funcionar. Hay que señalar a los hombres que acosan, humillan y abusan y hay que señalar al sistema, ese es el que nos disciplina desde pequeñas y pequeños como seres de distinta estatura. Como agresores y agredidas o como protectores y protegidas. Se llama patriarcado, es un sistema de dominación milenario y está implantado en todos los países del mundo además de en nuestras propias mentes.

Para que dejen de darse estos acosos tienen que desaparecer: las brechas salariales,la división sexual del trabajo y del empleo,los catálogos de juguetes por colores y por roles, el adoctrinamiento escolar de género que le dice a la niña que sus atributos deben ser la docilidad, el miedo y la necesidad de protección y que le dice al niño que sus atribuciones son la dominación y el control. pero para esto y aún mas que da mucho.

#CLARA SERRA, DIPUTADA


La diputada de Podemos en Madrid y profesora de Filosofía Clara Serra se ha unido a la campaña internacional #Metoo (#Yotambién), con la que mujeres de todo el mundo se han conectado para denunciar que han sufrido algún tipo de acoso o agresión sexual.

"También he tenido un jefe que te dice, por ejemplo, que tienes que cenar con él", comienza diciendo la diputada en un vídeo subido en su cuenta de Instagram. "También me he levantado de un asiento del autobús porque un viajero estaba ocupando mi espacio con sus piernas y me estaba rozando. O también he sido agarrada por un desconocido por la calle y he tenido miedo"

Serra cuenta episodios en los que ha sufrido y se ha visto "sola" porque a la gente que tenía a su alrededor "no le extrañaban" esas situaciones. Y por eso insiste en no normalizarlas. "Cientos de mujeres salimos a hacer visibles situaciones que no son invisibles porque ocurran fuera de los espacios públicos sino porque, aunque pasan delante de nuestros ojos, están normalizadas y consentidas"

Romper el silencio es, por una parte nombrar lo que permanecía sin nombrar, oculto e invisible, no por estar desaparecido sino por aparecer bajo el manto de la normalidad.A veces las cosas no se ven no porque no estén presentes sino porque están perfectamente integradas y asumidas, es el caso del acoso y el abuso de poder sexual, algo que en mayor o menor grado ocurre en espacios públicos como centros de trabajo o el transporte público


Romper el silencio es ponerle nombre e identificar esas actitudes como el machismo y hacer que aprendamos a mirarlas, que salgan de la normalidad, que nos extrañen y que las denunciemos. Romper el silencio es también que las mujeres hablen como sujetos dueños de sus cuerpos, de su deseo y de su voluntad, que afirmen lo que quieren y lo que no. Eso también es una manera de romper el silencio.

Una sociedad que nos cosifica es una sociedad donde somos objetos y no sujetos, donde somos objeto de la voluntad de otros, objeto de deseo de otros y donde nuestra propia voluntad o nuestro deseo nunca se esperan.



Fuentes
salamancartvaldia.esLuisa Velasco, Inspectora de la Policia Local de Salamanca, denuncia acoso sexual y laboral.
www.salamanca24horas.com La primera inspectora de la Policía Local denuncia públicamente el acoso sexual y laboral que sufrió por parte de un superior
www.elnortedecastilla.esLa primera inspectora de la Policía Local de Salamanca denuncia el acoso sexual y laboral de un superior

www.elespañol.com espanolas-mujeres-conocidas-denuncian-acoso-sexual
politica.elpais.com El empresario acusado de acosar a Teresa Rodríguez se niega a declarar ante el juez
www.diarioinformacion.com Abren juicio al empresario que simuló besar a Teresa Rodríguez
elpais.com La historia de las que cambiamos de acera al ver un hombre por la noche

www.huffingtonpost.esClara Serra explota contra el machismo

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