ORIGEN.
Rachel Meghan Markle, nació un 4 de agosto de 1981 en Los Ángeles donde fue criada. Sí, Meghan es mestiza ya que es hija de Doria Radlan, es afroamericana, psicoterapeuta, trabajadora social e instructora de yoga, por su parte, su padre, Thomas W. Markle, es de ascendencia holandesa e irlandesa, y es director de fotografía retirado.
"Mi herencia mixta puede haber creado una zona gris en torno a mi identidad, manteniéndome con un pie en ambos lados de la cerca, pero la he aceptado, para decir quién soy, para compartir de dónde soy, para expresar mi orgullo de ser una mujer fuerte y de raza mixta"
Cuando Meghan tenía 6 años sus padres se divorciaron. A su vez, tiene dos medio hermanos por parte de padre, Samantha Grant Marckle con la que no se lleva nada bien, y Thomas Markle Jr. con el que tiene buena relación.
Markle ha sido una feminista acérrima. De hecho, ya a la tierna edad de 11 ya se hizo activista para luchar por los derechos de las mujeres y consiguió que un fabricante de jabón corrigiese un anuncios publicitario que consideraba sexista escribiendo, ni más ni menos que una carta a la entonces primera dama Hillary Clinton y a otras figuras de alto perfil, quejándose de que el mensaje implicaba que las mujeres pertenecían a la cocina.
ESTUDIOS.
En cuanto a sus estudios, acudió a escuelas privadas, como la secundaria Immaculate Heart, que era femenina y católica, algo alejado de la tradición anglicana. Por otra parte, Meghan es licenciada en actuación y estudios internacionales por la Northwestern University, aunque parece ser que le gustaría volver a la universidad para continuar con un Máster en Diplomacia Internacional.
PAREJAS.
Su enlace con el príncipe Harry no es su primer matrimonio, este fue con el productor de televisión Trevor Engelson, allá por el año 2011 del que se divorció en el año 2013.
COMO ACTRIZ.
La carrera cinematográfica de Meghan empezó de forma inesperada cuando una amiga de la actriz le dio a un mánager una copia de una película que había hecho Markle en sus años universitarios durante una fiesta.Para mantenerse entre trabajos como actriz, Meghan trabajó como calígrafa autónoma. Meghan fue la fundadora del Tig, al que llamó «un foco para paladares gourmet, aquellos con hambre por comida, por viajar, por belleza y por moda». La web incluyó artículos sobre comida, viaje, moda, belleza e influencers.
Meghan creció en los platós y se acostumbró pronto a los focos y las cámaras. Debutó en la pequeña pantalla en 2002 en un episodio de Hospital general y luego apareció en otro episodio de la serie de abogados Century City (2004), al lado de Viola Davis, y la comedia Cuts. En el cine se estrenó en un breve papel en El amor es lo que tiene (2005), comedia romántica protagonizada por Ashton Kutcher y Amanda Peet. A Meghan le reservaron el papel de hot girl (chica caliente) en los títulos de crédito finales, y es que su rol era el de una chica que intentaba flirtear con el personaje de Kutcher durante un vuelo, aunque éste no mostraba ningún tipo de interés.
Más tarde volvería a la televisión con las series Love Inc, La guerra en casa y Deceit. En CSI Nueva York apareció en el capítulo Murder Sings the blues en el papel de Verónica Pérez. En Sensación de vivir: La nueva generación interpretó a Wendy y en Hasta que la muerte nos separe a Tara.
Meghan no acababa de encontrar el personaje con el que despegar y solo la contrataban para pequeños roles en otras series y telefilmes: The Apostles, El coche fantástico, Sin rastro, Fringe o La liga fantástica.
Meghan no acababa de encontrar el personaje con el que despegar y solo la contrataban para pequeños roles en otras series y telefilmes: The Apostles, El coche fantástico, Sin rastro, Fringe o La liga fantástica.
COMPROMISO.
Markle, de 36 años, dio carpetazo a su carrera como intérprete cuando se anunció su compromiso oficial con el segundo hijo del príncipe Carlos y la malograda Diana de Gales. Hasta entonces se había labrado poco a poco un nombre en la industria audiovisual, principalmente en la televisión, y su papel más conocido hasta la fecha ha sido el de la asociada del bufete de abogados Rachel Zane en la serie Suits , de USA Network. <<La Vanguardia.com El efímero paso de Meghan Markle por el cine>>
El 27 de noviembre de 2017, Kensington Palace anunciaba el compromiso del príncipe Harry con Meghan Markle. Su condición de divorciada y su origen americano hicieron que rápidamente viniera a la memoria británica colectiva el recuerdo de Wallis Simpson, la mujer que hizo temblar los cimientos de la monarquía británica, al ser el motivo por el que el rey Eduardo VIII abdicó en favor de su hermano.
COMPARACIONES.
Pero lo cierto es que, dejando a un lado su estado civil y su origen americano, poco o nada tienen que ver estas dos mujeres, como tampoco las respectivas renuncias a la Corona. La diferencia más obvia es que, en el caso de Wallis, estamos hablando de que quien abdicó fue Eduardo VIII, rey de Reino Unido, de la Commonwealth y emperador de la India. Mientras, el príncipe Harry ocupa el sexto lugar en la línea de sucesión al trono, por lo que es prácticamente imposible que llegue a ocuparlo, a no ser que sucediera alguna tragedia más propia de 'Juego de tronos' que de la monarquía británica. Por tanto, ni el significado ni las consecuencias de las renuncias son iguales.
Tampoco el papel que han jugado Meghan Markle y Wallis Simpson en las renuncias de uno y otro se puede comparar. Aunque en ambos casos -especialmente en el de Meghan-, las dos han sido señaladas como las culpables de estas decisiones, se entiende que el movimiento de los duques de Sussex ha sido una decisión conjunta en la que cada uno ha sopesado tanto los intereses personales como familiares. Mientras, la decisión del rey Eduardo fue exclusivamente individual. Explicó su abdicación porque no concebía llevar a cabo su deber real "sin tener al lado a la mujer que amaba". Pero las informaciones de la época afirman que Wallis Simpson se encontraba más que cómoda en su posición de amante del rey, sin que ella tuviera necesidad ni intención de que cambiaran las circunstancias de la pareja. De hecho, queda para la historia la respuesta de la americana cuando supo su decisión: "No se puede ser más imbécil".
Así que, sí, estamos de acuerdo en que, con una diferencia de 84 años, ambas han jugado un papel protagonista en las que pueden ser las crisis más graves de la monarquía británica. Pero ni las circunstancias de cada una de estas crisis, ni por supuesto sus respectivas consecuencias se pueden comparar. Aunque a ambas se les haya intentado poner nombre de mujer. <<Vanitatis.Meghan y Wallis: por qué sí y por qué no se las puede comparar>>
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