UNA RELACIÓN MUY PELIGROSA.
El nombre de Corinna era conocido desde hacía tiempo en España pero eran muy pocos los medios de comunicación que se atrevían a hablar de ella. El polémico viaje a Botswana, de la que fue organizadora y acompañante del Rey, hizo posible que conociésemos un poco más a Corinna zu Sayn-Wittgenstein la misteriosa rubia de 46 años (entonces) a quién la prensa internacional calificó como la “segunda reina de España”.
La conocimos a raíz del accidente que sufrió el Rey Juan Carlos en Botswana. Desde entonces mucho se ha dicho de esta princesa alemana y su supuesta relación con don Juan Carlos, pero ¿cómo es realmente Corinna zu Sayn-Wittgenstein?
De ascendencia sueca Corinna zu Sayn-Wittgenstein nació en Fráncfort el 28 de enero 1965. Hija de Finn Bönning Larsen, quien fue responsable de la aerolínea brasileña Varig en Europa, y de Ingrid Sauer. Tiene un hermano menor, Sven Erik Larsen. Por el trabajo de su padre se acostumbró a viajar por Brasil, Alemania, Italia y España, aunque tenían su residencia oficial en Fráncfort.
De ascendencia sueca Corinna zu Sayn-Wittgenstein nació en Fráncfort el 28 de enero 1965. Hija de Finn Bönning Larsen, quien fue responsable de la aerolínea brasileña Varig en Europa, y de Ingrid Sauer. Tiene un hermano menor, Sven Erik Larsen. Por el trabajo de su padre se acostumbró a viajar por Brasil, Alemania, Italia y España, aunque tenían su residencia oficial en Fráncfort.
Corinna estudió en la Webstter University de Ginebra. Después se trasladó a París, donde conoció a su primer marido, el empresario Philip Adkins, con quien tiene una hija de 20 años.
En Londres se casó en el año 2000 con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein. El joven, que se llevaba doce años con Corinna, no dudó en pasar por el altar a pesar de que ningún miembro de su familia acudió a la ceremonia. El matrimonio duró cinco años y de aquella unión nació Alexander, el único hijo de la pareja, y de quien cuentan que el rey Juan Carlos trató casi como propio. Se divorciaron en 2005.
En Londres se casó en el año 2000 con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein. El joven, que se llevaba doce años con Corinna, no dudó en pasar por el altar a pesar de que ningún miembro de su familia acudió a la ceremonia. El matrimonio duró cinco años y de aquella unión nació Alexander, el único hijo de la pareja, y de quien cuentan que el rey Juan Carlos trató casi como propio. Se divorciaron en 2005.
Corinna ha utilizado el apellido de su ex-marido, así como el título de princesa y el tratamiento de S.A.S («Su Alteza Serenísima»). El uso del apellido y del título ha sido sin el consentimiento de la familia, dando lugar a enfrentamientos, finalizando con la futura boda del príncipe alemán con la modelo Alana Bunte, en el 2018.
Sus enemigos dicen de ella que es ambiciosa y que ha conseguido lo que quería, un primer marido rico que la hiciera millonaria y un segundo que le diera un título. Tampoco hablan bien de ella en algunos círculos de Madrid ni entre el servicio de seguridad que la rodeaba. Para su ex suegra la condesa Gabrielle de Schönborn-Wiesentheides, no es más que “cazafortunas” y confiesa que respiró aliviada cuando Corinna decidió pedir el divorcio a su hijo Casimir para trasladarse a España.
Sus amigos dicen de ella que es divertida, lista y atractiva, que trabaja para altos cargos y diplomáticos pero que jamás le preguntan por su trabajo porque es muy confidencial. Quizás la declaración más reveladora y la que puede traer más polémica es la que hace la diseñadora Bonnie Young: "Corina es muy inteligente. Es una mujer brillante" "Lleva viajando con el rey desde hace ya bastantes años. Es una especie de asesora".
La prensa internacional dice: "En España hay dos reinas: Sofía, casada desde 1962 con el rey Juan Carlos; y la oficiosa, la provocadora y rubia princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, separada y amante durante ocho años del soberano más tombeur de femmes de España",según La Stampa. En Alemania, el Bild se preguntaba si la "compañera del Rey" podría costarle el trono al Monarca. Bunte la definió como "la amante del Rey".
- En el año 2006 conoció, en una cena en Alemania, al Rey Juan Carlos I de España. Desde entonces, entre ellos nació una "relación muy peligrosa para España".
Por su parte Corinna explicó a The New York Times que acompañó en varios ocasiones al Rey Juan Carlos como asesora estratégica del Gobierno español en cuestiones relacionadas con países de Oriente Medio a través de su empresa Apollonia Associates."Ese trabajo que he realizado para el Gobierno español, cuando se me ha pedido, ha sido siempre delicado, confidencial. Son asuntos clasificados, situaciones puntuales que yo he ayudado a solucionar por el bien del país".
Sin embargo, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, negó públicamente que Corinna zu Sayn-Wittgentein hubiese hecho ningún trabajo para el Ejecutivo tal y como la princesa había asegurado. El Gobierno no interpuso acciones judiciales al no considerar sus actividades un "asunto de interés general". El gobierno se equivocó. No sopesó el peligro que suponía.
A pesar de su origen plebeyo, la princesa alemana por matrimonio ha sabido mover sus cartas para ser un miembro indispensable en las monarquías. "Corinna empezó cobrando por la organización de los safaris de lujo. Luego, como los conocía, ponía en contacto a algunos de los hombres más poderosos de Estados Unidos, Oriente Medio y Europa. Invitados que desarrollaban allí futuras transacciones. Acabó por cerrar ella los tratos en los países de origen y llevarse así suculentas comisiones", nos revela uno de los cazadores que asistió a algunos de los viajes que ella organizó. Entre los clientes de su agencia, Boss Sporting Agency, ligada a la prestigiosa armería británica Boss & Co, figuraba el rey Juan Carlos. "Entre la aristocracia inglesa y alemana se habla de ella desde hace varios años, siempre para comentar que se casó para obtener un título y un pequeño principito".
- Si no hubiese sido por aquel safari en Botswana, que pagó el negociador saudita Mohamed Eyad Kayali, que había volado con ellos en su avión privado, y por la infortunada caída de don Juan Carlos; la aventura africana de Su Majestad, que incluía a la princesa Corinna, sin duda habría permanecido en secreto. El safari que cambió el curso de la historia de España.
Según Philip J. Adkins, primer marido de Corinna, que también estaba allí:
“Aquel era un viaje de familia y amigos. El empresario sirio Mohamed Eyad Kayali, un hombre muy generoso, nos invitó a todos, incluido el Rey. Yo estaba allí porque conozco muy bien África y porque Corinna había querido llevar a su hijo pequeño, fruto de su matrimonio con el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein. Tengo una excelente relación con el niño, era la primera vez que él iba a un safari y ella se sentía más segura si yo estaba allí”.
" La noche del accidente estaba muy oscuro y era un entorno con el que uno no está familiarizado. Esas cosas pueden pasar. El Rey se desorientó. Cuando estás en un ambiente así no sabes exactamente dónde está la habitación o la altura de la cama… Son cosas completamente humanas"."Yo sé que hay gente a la que esta situación (el Rey, su exmarido, el hijo de su otro marido) le puede parecer algo insólito o extraño. Pero, sinceramente, ¿a quién le importa? Era un viaje familiar. Somos libres de vivir nuestra vida como queramos".
Corinna y su hijo, cuando viajaba a España, vivieron durante cuatro años en la finca “La Angorilla”.La vivienda, con acceso restringido al público, cuenta con todas las comodidades y está situada en el monte de El Pardo, con entrada desde el recinto de La Zarzuela.
El portavoz del Sindicato Independiente de la Policía, Alfredo Perdiguero, explicó en el programa "Más Claro Agua" que 'La Angorilla' ha sido en los últimos cuatro años la residencia oficial de Corinna zu Sayn-Wittgenstein y que ha tenido apoyo “del CNI” para las gestiones del transporte y vigilancia de la inquilina, conocida –según el SUP- como “Ingrid” en el lenguaje en clave de los servicios secretos españoles.
- La "amiga entrañable" de Don Juan Carlos llegó a España en 2005 y se marchó en 2013 con 30 millones de euros más en sus cuentas bancarias y con un mensaje: su historia con el Rey había terminado.
Corinna declaró en un reportaje concedido a la revista Vanityfair: " Los negocios en España se han llevado a cabo durante los últimos 30 ó 40 años de una manera particular… Siempre que hay grandes acuerdos para empresas españolas en el Medio Oriente, Europa del Este o América Latina, la persona a la que los políticos y los empresarios recurren es al rey, y él es el que hace las llamadas.”
Así pues, en 2013 Corina Zu Sayn-Wittgenstein salía de España y lo hacía para no volver, con una agenda de contactos inmejorables gracias a su cercanía con el monarca y 30 millones de euros más en sus cuentas bancarias. Pero, ¿Cómo amasó la princesa danesa tanto dinero y, lo que es más importante, cómo logró sacarlo de España sin que se cuestionara su procedencia?
Según "Interviu", en 2005, año de su llegada, la princesa no tenía un patrimonio relevante, pero poco después empezó a recibir grandes sumas de dinero por lo que ella ha definido como "gestiones delicadas” que (según ella) favorecieron a nuestro país. Fue, por ejemplo, una de las responsables de conseguir para empresas españolas la construcción del AVE Medina-La Meca, en Arabia Saudí, un contrato cifrado en 6.500 millones de euros. “Ella estuvo en la delegación como consultora, pero principalmente por el aval del Rey”. También a su participación en un fondo hispano-saudí. Un proyecto creado en 2006 por el que se embolsó cinco millones de dólares (4,38 millones de euros) y que se canceló cuatro años más tarde con pérdidas de hasta 21 millones de euros para las empresas que lo conformaron. Los perjudicados mostraron su malestar al Gobierno al saber que ella había cobrado grandes cantidades por los servicios en un proyecto que acabó fracasando.

Pero no para ahí la cosa. El monarca emérito y la consultora convivieron entre 2009 y 2012 en un refugio suizo de 300 metros en el lujoso complejo Domaine Rochegrise.Todo es discreto y agradable en esta especie de nido forrado en madera de pino al que accedemos a través de un ascensor privado forrado en piel de vaca.
La adquisición del dúplex coincide en el tiempo con las primeras alarmas rojas del Fondo de Infraestructuras Hispano-Saudí (SSIF, en sus siglas en inglés). el que fué un fiasco para los inversores. Según fuentes conocedoras de la existencia del refugio, el dúplex era un lugar de mucha más privacidad que la casita del recinto real en el monte del Pardo, por el que pasaron desde el director del CNI, Félix Sanz Roldán, hasta el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, hasta Arturo Fernández para visitar a la pareja allí. El dúplex, sin embargo, era conocido por pocos. Corinna zu Sayn-Wittgenstein lo vendió en 2013.
- A partir de Botswana y de la falta de sensibilidad que el rey mostró hacia el posible colapso económico de España, su capital político y humano empezó a hacer aguas. En marzo de 2013, se sintió impotente para recuperarlo y eso le llevó a la desesperación. Mándame una pistola para que me suicide", le dijo el rey a uno de sus amigos después de que el Gobierno, el jefe de la Casa y hasta el director del CNI le hubieran obligado a cancelar el viaje a Abu Dabi "no por consejo médico -como se dijo públicamente-, sino porque se comprendió que Corinna zu Sayn-Wittgenstein podía ser un verdadero peligro para la seguridad nacional" Desde entonces, y hasta finales de marzo, sufrió una gran presión para que abdicara. Le obligaron a que dejara de verse con CSW, se operó otra vez y tenía mucho miedo". Ella lo consolaba y le insistía en que no debía tirar la toalla. Le recordaba que él era el rey, que sólo él debía decidir. Que era una trampa urdida por la familia y sus consejeros para quitarle el poder". Esa primavera, la caricatura de CSW como mujer diabólica se abrió paso por los mentideros madrileños: su mal carácter; su manera de darle al rey "carrete cuando conviene y de recogerlo cuando hace falta en un perfecto ejercicio de manipulación.

Para el entorno del Rey, no era más que «una manipuladora que se aprovechaba de su débil estado para sacarle todo lo que quería» Además que «tiene mucha influencia sobre el monarca incluso en la lejanía.
Pero había sido en diciembre de 2012, cuando la clase dirigente del país se cerró en banda. Fue entonces cuando, además de su residencia en Mónaco por motivos fiscales, CSW cambió el hogar que tenía en el monte de El Pardo por un elegante piso en una de las direcciones más distinguidas de Londres, donde apenas los rusos y los árabes multimillonarios pueden permitirse tener casa.
Cuando se quedó colgada en la suite presidencial del Emirates Palace se refirió a lo sucedido como un "golpe de palacio" en Zarzuela que tendría retenido a don Juan Carlos.

- Corinna zu Sayn-Wittgenstein seguramente pensó que su relación con el rey Juan Carlos I de España era el negocio de su vida, un pelotazo que la situaba en la cima del mundo, pasta y nobleza, dinero y royals, y un futuro de perfil rosa.
La ruptura definitiva tuvo lugar a finales del 2014. No fue fácil. Primero había que convencerlo a él, muy reacio, persuadirlo de que el gesto de la abdicación entendida como sacrificio encaminado a rescatar el prestigio, muy dañado, de la Corona, y evitar el riesgo inminente de un cambio de régimen, de nada valdría si su intención era seguir haciendo el pendón al lado de esta mujer de revista de varietés, si no se cortaba definitivamente con esa relación, si no se saldaban las cuentas pendientes –empezando por las económicas-, y se aseguraba el silencio de"la doña" incluso comprándolo por caro que fuere.
Fue un tejemaneje difícil, porque "la doña" se resistió con uñas y dientes. Se cerró, pero algunos temen que en falso, porque la señora no quedó satisfecha con la compensación económica recibida y al parecer pide más dinero, quiere más.
¿Pretende Corinna vengarse de la afrenta sufrida contando lo que nadie en Madrid quiere que cuente? Preocupación y nervios en las alturas del poder.
Lo que parece claro es que para Corinna la relación con don Juan Carlos fue el negocio de su vida, un golpe de fortuna que una mujer como ella, fría, calculadora, orgullosa y lista como pocas, no estaba dispuesta a desaprovechar”.
Lo que parece claro es que para Corinna la relación con don Juan Carlos fue el negocio de su vida, un golpe de fortuna que una mujer como ella, fría, calculadora, orgullosa y lista como pocas, no estaba dispuesta a desaprovechar”.
Todo se torció con la funesta cacería de elefantes en Botswana. La madrugada del 14 de abril de 2012 en la que un avión devolvió al rey malherido a España para ingresar directamente en el hospital San José de Madrid, Corinna y su hijo durmieron en el Hotel Miguel Angel, de donde fueron sacados a primera hora de la mañana del día 15 por un par de agentes del CNI, que colocaron a la pareja en Barajas casi en la escalerilla de un avión rumbo a París, con la recomendación de no volver a poner pie en España.
El accidente de Botsuana pilló a la pareja sin ningún tipo de previsión hecha sobre el correspondiente reparto de beneficios. Por eso, parece ser, que el rey y Corinna se han visto varias veces después de la abdicación, una al menos en Londres y otra en una finca de Huelva con Alberto Alcocer. La verdad de lo ocurrido con la partición de estas peculiares “gananciales” nunca se sabrá. Lo que sí se sabe es que el rey rompió definitivamente con su pareja en torno al 10 de noviembre de 2014, previo arreglo económico.
El rumor de la aparición de un libro sobre Juan Carlos I como protagonista, con Corinna como gran fuente de información, ha encendido todas las alarmas. “De todas las mujeres que han pasado por la cama del rey, ésta ha sido la peor, en el sentido de que es la más lista y de lejos la más peligrosa…
- Hace cinco años todavía era vista con cierta prevención en las cenas realmente importantes en Londres pero cuando parecía que las cosas se había puesto mal, alehop, Corinna ha crecido y entre los nombres que mueven en su entorno están Putin, el duque de Edimburgo, los príncipes de Mónaco, algunos oligarcas rusos y por supuesto algunos jeques muy ricos de Oriente Próximo que, no hacen parecer al rey Juan Carlos sino un aprendiz de poderoso global, en lugar del caballero con problemas de salud al que una insolente arribista le debe todo.
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