*Mujeres luchadoras contra el sistema perverso. Inspiradoras para otras mujeres. *Mujeres que utilizan todas sus "armas", conocimientos, intuición para sobrevivir en un mundo dominado por los hombres. *Mujeres, a veces realmente malvadas, que en ocasiones producen sufrimiento, dolor y muerte.

LAS FARMACÉUTICAS



El mercado farmacéutico supera las ganancias por ventas de armas o las telecomunicaciones

  • La mayor parte de las empresas farmacéuticas tienen carácter internacional y están presentes en muchos países a través de sus filiales. 
  • El sector es tecnológicamente muy adelantado y abarca la biología,  bioquímica, ingeniería, microbiología,  farmacia y farmacología,  medicina, enfermería, física, etc...  
  • Esta industria desarrolla actividades de investigación y desarrollo (I+D), producción, control de calidad, marketing, representación médica, relaciones públicas o administración.
  • La globalización le ha permitido maximizar sus beneficios ya que compran las materias primas en los países donde son más baratas (países en vías de desarrollo), instalan sus fábricas en donde las condiciones laborales son más ventajosas y venden sus productos fundamentalmente en los países donde la población tiene mayor poder adquisitivo y los servicios de salud están más desarrollados.
 El mercado farmacéutico supera las ganancias por ventas de armas o las telecomunicaciones. Por cada dólar invertido en fabricar un medicamento se obtienen mil de ganancias, gracias a que si alguien necesita una medicina y dispone de recursos la compra.
top10
Un sector oligopólico en la que 25 empresas controlan cerca del 50% del mercado mundial.  
Un reducido grupo de países (Estados Unidos, Unión Europea y Japón) dominan la casi totalidad de la producción, investigación y comercialización de los fármacos en el mundo.
En el cuadro las diez farmacéuticas por ranking de beneficios en 2018.


Estrategias empresariales dudosas.
Logran fabulosas ganancias, recurriendo a estrategias muchas veces cuestionables que gracias a su poder suelen gozar de una gran impunidad, aplastando  a competidores menores y presionando a los gobiernos. Los precios que fijan son muy elevados lo que los hacen inaccesibles a una gran parte de la población mundial, mientras que algunos de sus productos dañan la salud de los enfermos.

Entre las principales estrategias utilizadas hoy por la industria farmacéutica para obtener sus ganancias mil millonarias cabría destacar:
  • Realizan una gran presión propagandística de los medicamentos que fabrican, aunque no sean útiles y puedan ser nocivos para la salud.
  • Explotan al máximo los medicamentos en forma de monopolio y en condiciones abusivas que no tienen en cuenta las necesidades objetivas de los enfermos ni su capacidad adquisitiva.
  • Reducen la investigación de las enfermedades que afectan principalmente a los países pobres, porque no son rentables, mientras se concentran  en los problemas de las poblaciones con un alto poder adquisitivo, aun cuando no se trate de enfermedades (como la proliferación de “medicamentos” antienvejecimiento)
  • Fuerzan las legislaciones nacionales e internacionales para favorecer sus intereses, aunque sea a costa de la salud y la vida de millones de personas.
  • Con su poder oligopólico están poniendo en riesgo la sostenibilidad de los sistemas sanitarios públicos y el acceso a los medicamentos a gran parte de la población, han generado graves problemas de salud (Talidomida), han creado situaciones de alarma social para vender sus productos (Tamiflú contra la Gripe A).
  • Promueven la corrupción (sobornos a médicos y políticos) y dañan la salud  (son una de las primeras causas de muerte y enfermedad)  con sus productos. Todo para obtener beneficios mil millonarios.


Para alcanzar y mantener estos enormes beneficios (a expensas de los servicios sanitarios públicos), recurren en muchos casos a colocar  en puestos políticos y gubernamentales a personas  afines a sus intereses o a directivos de sus empresas.

La industria es muy poco transparente y con mucha frecuencia da información manipulada (sesgada, dicho de manera elegante). Un buen ejemplo es el caso del oseltamivir (® Tamiflu) del que ante la alarma de la gripe A (H1N1) se realizaron grandes compras en casi todo el mundo y que luego se descubrió que los ensayos clínicos que presentaba la empresa que lo comercializo habían sido convenientemente “maquillados” para mejorar sus resultados, además hay muchos ejemplos de ocultación de los efectos adversos.

Estrategias para incrementar la venta de medicamentos
La industria se enfrenta, desde hace algunos años a las políticas de los gobiernos de reducir el gasto farmacéutico que suponen una proporción cada vez mayor de los presupuestos estatales (en España alcanza entre el 25-30% del gasto sanitario total, lo que pone en riesgo el sostenimiento del sistema público), con medidas como reducción de precios, precios de referencia para grupos de medicamentos similares o la promoción de genéricos.
  • Redefinir e  incrementar la prevalencia de determinadas enfermedades: Hay informes que señalan que la disfunción sexual femenina alcanza al 43% del total.
  • Promover el tratamiento de problemas leves o de mediana gravedad como indicios de enfermedades más graves: Síndrome del colon irritable o trastornos de ansiedad.
  • Transformar los riesgos para la salud en enfermedades: La osteoporosis o el síndrome por déficit de testosterona.
  • Estimular la preocupación sobre futuras enfermedades en poblaciones sanas. La osteopenia o el Alzheimer.
  • Convertir los problemas personales y sociales en trastornos de salud diagnosticables y con necesidad de tratamiento: Convertir la timidez en fobia social.
  • Considerar ciertas enfermedades como epidemias de extraordinaria propagación y letalidad: La gripe A que fue una gripe más suave que la estacional promovió la aplicación de protocolos estrictos (con el uso de trajes y áreas de aislamiento, el empleo de antivirales como Tamiflú de eficacia no probada y la promoción en masa de la vacuna).
Hasta hace poco, era frecuente que las grandes empresas farmacéuticas pagasen sobornos a los médicos para que recetasen sus medicamentos, aunque es una práctica que generalmente está mal vista y en muchos lugares es ilegal. 


Recientemente, un  elaborado y extenso reportaje de CIVIO ponía el foco sobre las controvertidas relaciones entre farmacéuticas y médicos. Concretamente, informaban que "las farmacéuticas habían gastado 182,5 millones en 2017 en pagos a médicos (españoles) por sus servicios o para asumir los costes de entradas a congresos y viajes". Además, también habían pagado 130 millones a sociedades médicas españolas por congresos (principalmente), donaciones y servicios. En la punta del iceberg, destacaban los 18 médicos que habían recibido más de 50.000 € de una sola farmacéutica.

"Un médico es un juez que determina el mejor tratamiento y la industria le paga viajes, hoteles, cursos, libros o comidas”

El pasado año la industria farmacéutica, representada en España por Farmaindustria, decidió dar un paso importante hacia la transparencia en el sector, publicando los datos de los pagos realizados a profesionales y organizaciones sanitarias. 
La publicación de estos datos ha reabierto el debate en torno al control que la industria mantiene sobre la formación continuada de los médicos y sobre su influencia en las decisiones de los facultativos a la hora de prescribir medicamentos.
La continua evolución de los tratamientos farmacológicos hace que sea necesario que los médicos se actualicen con relativa frecuencia, lo que se conoce como formación continuada.
Esta formación, que se mezcla con actividades publicitarias, se apoya fundamentalmente en el contacto con visitadores médicos, que son representantes de las farmacéuticas, así como en la asistencia a congresos o cursos y por medio de publicaciones especializadas.
La mayor parte de esta formación es financiada por la industria farmacéutica, lo que, a juicio de diversas organizaciones, supone un riesgo debido a la pérdida de independencia.“La relación entre médicos e industria puede ser productiva, pero el problema está en determinar qué actividades son beneficiosas para el paciente y cuáles no”.

La influencia negativa de los visitadores
El primer contacto entre la industria y la comunidad médica se realiza través de los conocidos como visitadores médicos, representantes de la industria que ofrecen información a los especialistas sobre los medicamentos disponibles. Aunque su número se ha reducido drásticamente durante los últimos años, debido a la crisis y a diversos cambios en la regulación, estos profesionales siguen siendo un importante canal de comunicación entre los laboratorios y los facultativos.
“Antes de que un médico tome una decisión ya ha tenido a un ejército de representantes que han ido a recordarle lo bueno que es un medicamento, lo que termina influyendo en su decisión, de forma que acaba prescribiendo los nuevos medicamentos pensando que está haciendo lo mejor para sus pacientes, cuando no siempre es así”.

Algunas asociaciones consideran que existe demasiada laxitud en el sector y que se debería elaborar un marco regulatorio más estricto, que evite “el contacto directo de la industria con los médicos, porque eso no beneficia a los pacientes, ni vale para que los médicos estén mejor formados”
La legislación española hace referencia al conflicto de intereses en el ámbito sanitario por medio de la ley de garantías y uso racional del medicamento, que “prohíbe el ofrecimiento directo o indirecto de cualquier tipo de incentivo, bonificaciones, descuentos, primas u obsequios” por parte de la industria a los profesionales sanitarios.
Sin embargo, los pagos a médicos que realiza la industria, a los que se suelen referir como transferencias de valor, se consideran como actividades de publicidad o de formación, con lo que quedan excluidas de la citada ley. De esta forma, las relaciones económicas entre la industria farmacéutica y la comunidad médica están esencialmente reguladas a través de sus propios mecanismos de autorregulación.
La actual polémica respecto a las transferencias de valor ha surgido porque la Agencia Tributaria consideraba que estos pagos como retribuciones en especie y, por lo tanto, deben tributar.Según la actual legislación muchos de estos pagos son considerados como publicidad y no como formación. De hecho, según el Real Decreto que regula la publicidad de los medicamentos, se consideran como tal “las visitas médicas efectuadas por los visitadores médicos”, “el suministro de muestras gratuitas” y “el patrocinio de congresos científicos en los que participen personas facultadas para prescribir o dispensar medicamentos y, en particular, el hecho de correr a cargo con los gastos de desplazamiento y estancia con motivo de dichos congresos”.

Aunque más del 90% de los médicos encuestados son conscientes de la existencia de normas que regulan los conflictos de interés en sus instituciones, existen varios ámbitos en los que hay un profundo desconocimiento.Solo el 77,5% conoce las normas sobre aceptación de regalos, comidas o actividades lúdicas y menos del 59% tiene conocimiento de la existencia de limitaciones a la hora de participar en eventos patrocinados por la industria o de recibir fondos de la industria para formación. Respecto a las políticas de restricción de acceso a los representantes de ventas, solo el 21,8% reconoce saber algo. Un porcentaje similar (22,6%) a los que tienen algún conocimiento sobre las normas de reclutamiento de pacientes para los ensayos clínicos financiados por la industria.
Fuentes:
  • Nuevatribuna.es  -Federación de asociaciones para la defensa de la Sanidad Pública-
  • El diario.es -Así influye la industria farmacéutica en las prescripciones médicas- Teguyco Pinto




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